viernes, 25 de marzo de 2011

A vueltas con el furtivismo






A VUELTAS CON EL FURTIVISMO

…”En el ambiente casi festivo al que invitaba un radiante día de sol, cientos de vecinos de Rianxo, Cabo de Cruz, a Illa, aprovechando las amplias bajamares de la última luna llena, se han acercado a los arenales para practicar el ancestral y sano ritual del marisqueo. Han sido unas jornadas de marcado carácter lúdico que pone de manifiesto que las antiguas y legítimas tradiciones siguen vigentes en la sociedad contribuyendo al hermanamiento de los pueblos por medio de una costumbre venerada desde la antigüedad. …

Así me gustaría leer el encabezamiento del artículo que J.M.Jamardo, firma en la columna de Barbanza de hoy 24 de marzo de 2.011, sobre las mareas vivas y el incremento de los furtivos.
Sin embargo, todo lo contrario. Palabras como furtivos, controles, decomisos, roubar, Garda Civil o ilegales, delatan que el mariscador aficionado está criminalizado en los pueblos del litoral, sin que nadie mueva un dedo para cambiar esa actitud y regularizar, de una vez por todas, el ejercicio de esta práctica. A lo mejor, la expresión de marisqueo aficionado, no es la más acertada, pero llámese como quiera, es el derecho de cualquier vecino a bajarse a un espacio público, como es la playa, a coger una caldeirada, sin que por ello haya que rasgarse las vestiduras y entrar en una vorágine de calificativos hirientes que, para nada, se ajustan a la realidad.

La inmensa mayoría de esas personas (por no decir la totalidad), que han sido injustamente calificadas de furtivas, son personas sencillas, honradas y trabajadoras (o jubiladas) que simplemente quieren hacer uso de un derecho, de una práctica que les ha sido trasmitido de generación en generación, que no es más que una afición, un pasatiempo sin ánimo de lucro y que de estar debidamente regulado, evitaría a los que lo practican, el agravio cotidiano de verse señalados como unos delincuentes.

Existe un vacío legal en esta materia y el único culpable de que no se regule  es la administración, que legislatura tras legislatura obvia este  tema, bien por desinterés o presiones de otros grupos interesados en el marisqueo y que hace que año tras año sigamos con el mismo tema cada vez que hay luna llena o nueva: a vueltas con el furtivismo.